HUANGDI, EL EMPERADOR AMARILLO 黃帝 - FINALES DEL SIGLO XXVII A.C.
HUANGDI, EL EMPERADOR AMARILLO 黃帝 - FINALES DEL SIGLO XXVII A.C.
Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, unos cuatro mil años, la joven Fubao paseaba de noche por el campo contemplando las estrellas y entonces, una luz se proyectó desde la Osa mayor, le impactó y quedó embarazada. Su embarazo duró veinte años, después del cual dio a luz al pequeño Huangdi en la Colina de la Longevidad, Shou Qiu. Otras versiones de la misma historia dicen que nació en el monte Xuanyuan. Sea como fuere, ya desde su nacimiento el joven Huangdi era capaz de hablar.
Durante su infancia vivió junto con su tribu cerca del rio Ji. Ya en su juventud, el joven Huangdi emigró a Zhoulu, donde se convirtió en granjero. En su nueva vida consiguió la proeza de domesticar a los seis animales míticos: al oso 熊, al oso pardo 罴 羆, a los míticos pí 貔 y xiū 貅 -que luego se combinaron para formar el mítico Pixiu 貔貅-, al legendario chū 貙 y al tigre 虎.
Cuenta este mito que fue Huangdi quien enseñó a su tribu a construir refujios, a domesticar animales y a cultivar los cinco tipos de granos: la soja, el trigo, el maiz de retama, el mijo cola de zorra y el cáñamo. Además, inventó los carros, los botes y los ropajes.
Con todo esto, y después de haberse retirado durante varios años para meditar y descubrirse a sí mismo, fue convertido en el jefe de su tribu, aportando nuevos inventos tras ello, como la diadema china 冠冕, las salas del trono 宮室, la honda de arco, la astronomía china antigua, el calendario chino, los cálculos matemáticos, el código de leyes sonoras 音律, las monedas y el concepto de dinero y el cuju, una de las primeras versiones chinas del fútbol.
En aquella época se sucedían muchas batallas y combates, ya que todas las tribus se encontraban en un momento de expansión absoluta.
El Emperador Yan, Shennong, era el líder de otra tribu e incluso se dice que era hermano de Huangdi.
La tribu de Shennong fue atacada por las hordas de la tribu liderada por el señor de la guerra Chiyou. El ejército de Chiyou estaba liderado por sus ochenta y ocho hermanos, todos con cuernos y cuatro ojos, que atacaron a la tribu del Emperador Yan, quien no era capaz de gobernar sobre su gente y tenía, por ello, problemas en sus tierras. Esta debilidad fue la que quiso aprovechar Chiyou con sus tropas y dio lugar a la primera batalla de China, la batalla de Banquan.
En la huida del Emperador Yan con sus gentes, se metieron en la zona donde gobernaba Huangdi, alentando un conflicto que ya era perceptible desde antes, ya que Huangdi consiguió unificar las tierras de china, excepto las de su supuesto hermano y las de Chiyou, y esto era motivo de tensión entre ellos.
Huangdi se enfrentó a Shennong con su ejército, ayudado además por sus seis bestias: el oso, el oso pardo, el pí y el xiū, el chū y el tigre, aunque muchos defienden que eran los totems usados por sus legiones. Shennong fue derrotado y cedió el liderazgo de su pueblo a Huandi.
Cuando los pueblos estuvieron unidos, Chiyou atacó de nuevo, pero esta vez fue Huangdi quien lideraba las tribus y los ejércitos contra los que se enfrentaba. Chiyou, quien sería convertido en dios de la guerra, inventó las armas y se rodeó de poderes oscuros para el combate. Convocó una gran y oscura niebla sobre sus enemigos y lanzó a sus demoniacas tropas, formada por gigantes y demonios junto a sus propias tribus de humanos, contra los ejércitos de Huangdi. Hubo muchas bajas, y para contrarrestar esta situación, huangdi inventó un carro de combate con engranajes y una brújula mágica con la que sus soldados, junto con sus poderosos totems animales consiguieron orientarse entre la niebla. Además, hizo que los tambores retumbaran por todas partes para confundir a las tropas de Chiyou, llamando también a los rayos desde el cielo para que les ayudaran en la liza. Aún así, Chiyou seguía arrasando en el combate.
Pero Huangdi tenía grandes aliados, como el dragón amarillo Yinglong o la propia hija de Huangdi, Nuba, quien era el demonio de la sequia. Junto a ellos y sus dones, comenzaron a eliminar las fuerzas del enemigo. Chiyou usó sus poderes oscuros para alzar a los muertos durante el combate para devolverlos a su hogar, ya que morir lejos del mismo era algo considerado de mal augurio en aquel momento. Este parece ser el origen de los jiangshi o vampiros chinos. Finalmente, fue Nuba, el demonio de la sequia e hija de Huangdi, quien derrotó a Chiyou y acabó con el combate.
Tras la lucha y para celebrar la unificación de las tribus, Huangdi celebró una ceremonia en la cima del monte Tai, donde se apareció un hermoso dragón amarillo. Aquello dio la legitimidad divina sobre toda China del reinado de Huangdi, siendo nombrado en ese momento como el Emperador Amarillo.
Durante el reinado del Emperador Amarillo, no solamente fueron suyos los inventos que ayudaron a las gentes de China. Cuenta la leyenda que uno de sus ministros, Cang Jie, fue quien inventó la escritura china. Su Médico personal, Qi Bo, fue quien le ayudó a la invención de los principios de la medicina tradicional china, el neijing. En este tratado, también llamado Canon interno del Emperador Amarillo, se habla por primera vez de las energias, fuerzas y principios que forman el universo, como el Yin y Yang, el Qi y los cinco elementos o fases.
Entre sus cuatro esposas y diez concubinas se encontraba la emperatriz Luo Zu, quien enseñó al pueblo la técnica para tejer la seda de los gusanos de seda.
En algún momento de su reinado, el Emperador Amarillo viajó al mítico Mar del Este y conoció a la mítica Bai Zé, una bestia que le enseño todo sobre las criaturas sobrenaturales, conocimientos que guardó en un libro mítico llamada Bai Zé Tú
Al final de su vida, que duró más de cien años, se dice que, mientras realizaba un sacrificio, se encontró con el ave fénix, el Feng-Huang, y con un Kirin, y cuando finalizó el sacrificio, se le apareció el dragón Yinglong, quien bajó a la tierra para que Huangdi se montara y, agarrado a sus bigotes, ascendiera hasta los cielos. En otras versiones, es Huangdi quien se transforma en dragón para ascender a los cielos.
De esta leyenda, que es el origen mismo de lo que hoy conocemos como China, surgen varios conceptos. Por ejemplo, al malvado señor de la guerra Chiyou se le atribuye el origen del combate chino, Shuai Jiao. Así mismo, de los conocimientos del Emperador Amarillo tanto de medicina como de combate, se le atribuye el origen de lo que hoy llamamos artes marciales chinas o Kung-fu y el tiro con arco chino. Estas tres formas de combate son las formas de combate ancestrales desde los orígenes de China.